Hola querido hincha Aliancista, estarás igual de molesto o incómodo por decir poco con las actuaciones del mediocampista Pablo Ceppelini, el cual debe de ser el 10 del equipo victoriano. Pero Ceppelini desapareció luego de una lesión y una suspensión internacional aplicada por la CONMEBOL de 4 meses. El jugador uruguayo ha tenido actuaciones que pasan desapercibido y hasta a veces ha sido reemplazado por Piero Cari, jugador de 17 años de la cantera Aliancista. Lejos de volver al nivel que mostró en los partidos frente a Boca Juniors por la Copa Libertadores. Pablo Ceppelini ha llamado la atención por una denuncia de paternidad en Brasil o por su afición que comparte en redes sociales sobre su faceta gamer. Alejándose de la promesa de tener un 10 extranjero que comande el juego del equipo victoriano. Esto me hizo preguntarme: ¿quién ha sido el mejor “10” extranjero de Alianza Lima? Rápidamente, se me viene a la cabeza el uruguayo Luis Aguiar con su carácter fuerte, sus pases precisos y líder del campeonato del 2017. También me acuerdo del colombiano Johnier Montaño, que tenía una calidad innegable de 10 buena técnica y pase filtrado. Pero su sobrepeso y falencia física hicieron que no terminara de mostrar su mejor versión en Alianza Lima como si lo hizo en Sport Boys. Sin compararlos tanto, cada uno tiene lo suyo por vale la pena volver a verlos. Haciendo memoria, no hay manera de que el hincha aliancista no recuerde los golazos del brasileño Marco Antonio Dos Santos, más conocido como Marquinho. El talentoso mediocampista ofensivo vistió la camiseta blanquiazul en las temporadas 1995, 1997 y 2000, dejando una huella imborrable en la memoria del hincha. Su año más destacado fue 1997, cuando formó parte del equipo que rompió una larga sequía campeonatos y devolvió la gloria Alianza Lima luego de 18 años sin campeonar. Nacido en Porto Alegre y diestro, a veces hacía recordar al Poeta de la Zurda, César Cueto. Pedía siempre la pelota, nunca arrugaba para tener la responsabilidad de llevar el ritmo del equipo y destacaba por esa inteligencia con el balón en los pies. Como Cueto, tenía esa capacidad de jugar tranquilo, manejando los tiempos, casi caminando por la cancha, pero siempre en control. Su fútbol no era de apuro, sino de pausa, cerebral y precisión. Cada vez que Marquinho se ponía frente a un tiro libre ya era “medio gol”. Eso que quedaron grabados en la memoria blanquiazul: en el clásico del 6-3 en 1995 marcó un golazo que todavía se recuerda con pasión, ya que fue con el histórico rival; en el 5-0 contra Melgar en 1997 anotó dos golazos de tiro libre, y en la definición del Clausura en Talara, también en el 97, se hizo un “pepon” de media distancia que ayudó a asegurar el título nacional. Su pegada combinaba precisión y fuerza, esa mezcla que convertía cada balón detenido en una amenaza real. Marquinho era eso: talento, fuerza y precisión. Esa cabeza fría que tenía la capacidad de convertir un balón parado en un grito de gol. Estimado hincha blanquiazul esperemos que Pablo Ceppelini se acuerde jugar más el fútbol, dejar el streaming, dejar los escándalos fuera de la cancha y asumir la responsabilidad de comandar el equipo Aliancista. Acordarse de sus partidos frente a Boca Juniors y dejar de callar a los hinchas en sus estados de redes sociales. Your browser does not support the video tag. Derechos de imágenes: Agencia Blanquiazul en X: https://x.com/agenblanquiazul/status/1591048743021064194 Marquino ofical en X: https://x.com/M10Marquinhoo/status/1247224602520158214?lang=ar Fuentes: Transfermarket Agencia Blanquiazul