Aprender a construir nuevas amistades: Mi historia de mudanza y cambio

Hola, quiero contarles cómo fue para mí empezar de nuevo en un lugar desconocido. Hace un tiempo me mudé de ciudad y, aunque estaba emocionada por la aventura, también sentí miedo y soledad. Al llegar, todo era extraño: las calles, las caras, los sonidos… No conocía a nadie y me sentía invisible, como si estuviera en un mundo paralelo. La idea de hacer nuevas amistades me parecía casi imposible.

Al principio, intenté acercarme, pero la timidez y el temor a ser rechazada me paralizaban. Hubo días en los que me preguntaba si lograría sentirme en casa alguna vez. Sin embargo, poco a poco descubrí que no estaba sola en esa sensación. Muchas personas pasan por lo mismo y, aunque no lo digan, también tienen miedo de empezar desde cero. Empecé a prestar atención a pequeñas señales: una sonrisa, una conversación casual, un saludo amable. Eso me dio valor para seguir intentando.

Hoy puedo decir que construir nuevas amistades es un proceso, no algo que pasa de inmediato. Se necesita paciencia, confianza y abrir el corazón, aunque dé miedo. Aprendí que cada persona que llega a nuestra vida tiene algo que enseñarnos, y que las amistades verdaderas nacen cuando somos auténticos y vulnerables. Por eso, quiero invitar a quien lea esto a no rendirse si está en medio de un cambio. La soledad es solo el primer paso hacia nuevas conexiones que pueden transformar la vida. ¿Te animas a dar el primer paso?

Vivir a mi propio ritmo: lo que aprendí al dejar de compararme

¿Y si no tienes todo claro a los 16?

¡Hola! ¡Qué bonito tenerte por aquí! Hoy quiero hablar de algo que seguramente tú también has sentido: esa presión de tener que saber qué hacer con tu vida justo al terminar el colegio. ¿Alguna vez te ha pasado? A mí sí, lamentablemente sí, y fue más duro de lo que imaginé. Sentía que tenía que tomar una decisión ya, como si estuviera en una carrera contra el tiempo. Elegí Psicología sin investigar, sin cuestionarme si realmente era lo mío. Solo lo hice por cumplir y porque es lo que los demás esperan de uno a esa edad. La pandemia no ayudó… y ese primer año, más que emocionarme, me encerró en una rutina que no me hacía feliz, fueron de demasiadas cosas nuevas juntas.

En ese momento, lo peor fue empezar a compararme. ¿Por qué ellos ya saben lo que quieren y yo no? ¿Por qué siguen avanzando y yo siento que retrocedo? Esa vocecita no me dejaba en paz y más se hacía presente cuando estaba sola en mi cuarto, solo pensaba qué estaba haciendo y qué iba a hacer de mí en un futuro. Era eso, le tenía miedo al futuro. Me preguntaba constantemente si me estaba quedando atrás. Y creo que muchas veces, sin darnos cuenta, vivimos como si estuviéramos corriendo una maratón invisible. ¿Te has sentido alguna vez así, atrapado en expectativas que no son tuyas?

Tomé valor y hablé con mis papás. Les conté lo que sentía y me apoyaron más de lo que esperaba. Empecé a buscar una opción que se sintiera mía, no impuesta. Así llegué a la carrera de Comunicaciones en un instituto, y poco a poco la ansiedad empezó a calmarse. Sentí que estaba en el lugar correcto. Fue como soltar un gran peso. Aprendí que está bien cambiar de opinión, equivocarse, parar, respirar. Aprendí que no estamos tarde para nada, porque cada quien tiene su propio ritmo. Y lo mejor es que cuando caminas a tu manera, las cosas comienzan a tener sentido.

Ahora estudio lo que me gusta y me apasiona, trabajo con mi papá, bailo en mis ratos libres para liberar estrés y escribo esto para ti, para compartirte que sí se puede vivir sin la presión de compararse, aunque mi miedo por el futuro sigue presente trato seguir trabajando en ello y eso es lo importante, poner de nuestra parte. Mi Propio Ritmo nace justo de todo eso. Quiero que este espacio sea un recordatorio de que no estás sola, ni solo. Que tus tiempos son válidos, tus pausas también. Cuéntame en los comentarios: ¿alguna vez sentiste que te estabas comparando demasiado? ¿Te gustaría soltar eso? Estoy aquí para leerte, para compartir, y para que sigamos creciendo juntos, sin prisas. 

El reto de hoy es: escribir hoy tres logros pequeños del día. Así empiezas a notar que sí estás avanzando… a tu manera.

Gracias por estar aquí. Este espacio es tuyo también.